El Ónix negro es una de las piedras más poderosas para la protección energética, y por ello ha sido tradicionalmente asociado a importantes arcángeles cuya misión es guiar, resguardar y fortalecer el campo energético de las personas.
El Arcángel Miguel, guardián de la fe, la fuerza espiritual y el corte de energías negativas, se vincula profundamente con el ónix negro. Esta piedra actúa como un escudo que disipa influencias densas, bloquea interferencias externas y aporta seguridad interior, cualidades que reflejan perfectamente la presencia protectora de Miguel. Por ello, es común encontrar el ónix en talismanes, amuletos y joyas consagradas a su energía o a su sigilo.
Al mismo tiempo, algunas tradiciones relacionan el Arcángel Gabriel con el ónix, especialmente como piedra de nacimiento del mes de enero. En este contexto, el ónix se utiliza como apoyo para quienes buscan claridad en la comunicación, protección interior y guía emocional, cualidades frecuentemente atribuidas a Gabriel.
En general, el ónix es reconocido como una piedra protectora por excelencia, capaz de absorber energía negativa, fortalecer los límites energéticos y proporcionar un profundo enraizamiento. Por esta razón, se asocia naturalmente con arcángeles cuya misión incluye la protección, la estabilidad emocional y la guía espiritual.